Juan Antonio Bayona quiso que su película ‘La Sociedad de la Nieve’ respirara realidad, de ahí que recurriese al asesoramiento científico
El director de cine español Juan Antonio Bayona quiso que su película ‘La Sociedad de la Nieve‘ respirara realidad, de ahí que recurriese al asesoramiento científico para lograr que una treintena de actores adelgazaran hasta 30 kilos en un par de meses, en consonancia con las víctimas del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en Los Andes, en 1972.
El equipo de producción también adaptó los tiempos de rodaje en el lugar del siniestro a las recomendaciones de clima y meteorología para que el Valle de las Lágrimas, situado sobre un glaciar que ha mermado un 60% desde el 72, se pareciera lo más posible a cómo era hace 50 años, sin apenas impacto del cambio climático.
Los médicos e investigadores españoles Antonio Escribano padre (endocrino) e hijo (medicina interna) son los responsables de que 30 actores de entre 18 y veintipocos años fueran adaptando, cronológicamente, su composición corporal y peso al que experimentaron de las víctimas, y pasasen de parecer jugadores de rugby al comienzo de la película a estar escuálidos y con casi 30 kilos menos dos meses después.
“El reto era hacer ese trabajo no con uno o dos actores como se ha hecho otras veces en el cine, sino con treinta a la vez y logrando que un proceso de pérdida de peso tan rápido en condiciones de grabación extremas (a -15 grados) no afectara ni a su salud ni a sus capacidades para interpretar a los personajes”, explica Antonio Escribano padre en una entrevista con EFE.
En octubre de 2021, nada más llegar a Barcelona (nordeste de España) para comenzar a trabajar los guiones, los Escribano hacen todo tipo de pruebas a los actores: estudio de composición corporal exhaustivo, que decía dónde tenían la grasa o los niveles de proteína, analítica absoluta de todos los parámetros, test funcionales de consumo de oxígeno o ventilación, y pruebas máximas de agotamiento.
A raíz de las mismas elaboran 30 guiones bioquímicos `para adaptar la apariencia real de cada actor al guión cinematográfico y tiempos de rodaje, en total “un tratado de cerca de 7.000 folios”.
De octubre de 2021 a comienzos de 2022 (cuando se inicia el rodaje), los médicos ponen el foco en planes nutricionales individualizados para que los actores ganaran músculo y peso (entre 3 y 8 kilos) para que a comienzos del rodaje, que llevó una cadencia similar a la del accidente, parecieran deportistas que van a una competición.
Mientras que de febrero a mayo del 22 la clave fue lograr pérdidas de peso extremas (entre 20 y 30 kilos), adaptadas a las exigencias de rodaje, donde de repente un actor tenía que bajar 4 kilos en apenas 3 días o quedar estabilizado 15, sin comprometer la salud.