Pese a que en grupos de internet se alerta constantemente sobre estos hechos, nadie ha sido detenido, pues las autoridades argumentan que ninguna víctima ha denunciado formalmente
La oferta fraudulenta de cuartos y departamentos en zonas escolares de Puebla prolifera en redes sociales frente a la llegada de estudiantes foráneos a la ciudad. Las ahora conocidas como inmobiliarias fantasma escogen a los jóvenes como sus presas, sin embargo, toda la población se vuelve vulnerable. Pese a que en grupos de internet se alerta constantemente sobre estos hechos, nadie ha sido detenido, pues las autoridades argumentan que ninguna víctima ha denunciado formalmente.
Fabrizio Pizar Rojas, expresidente local de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), explica que las ofertas apócrifas de casas, departamentos y cuartos en Puebla existen en internet desde hace varios años. Estas se multiplican cuando arrancan los semestres o cuatrimestres en universidades, debido a que los jóvenes, sobre todo los que vienen de fuera, son quienes más buscan viviendas para rentar. Pese a ello, refiere que ningún sector social está exento de convertirse en víctima de esta acción.
“Esta práctica se ha mantenido a niveles alarmantes. De repente hay muchísimas inmobiliarias fantasmas, [pues se] generan picos cuando empiezan los semestres en las universidades, cuando se empieza a generar un alta demanda por propiedades de estudiantes que vienen a empezar su semestre”, comparte el también director de Pizar Consultores.
En diciembre pasado, Alondra –cuyo nombre real fue reemplazado por temor a represalias de sus defraudadores– y su familia, que son originarios de Puebla capital, emprendieron la búsqueda de una casa en renta en Atlixco a través de Facebook. Tras encontrar una propiedad excepcional y a un costo casi irreal para sus características, contactaron al anunciante, quien se identificó como una mujer.
En entrevista con El Sol de Puebla, la poblana da a conocer que la supuesta vendedora la convenció de que la oferta era inigualable. Como su sueño era pasar las fiestas navideñas en esta casa, le creyó y depositó 4 mil pesos, que era el 50 por ciento del alquiler total, es decir, 8 mil pesos.
Luego de realizar la transacción, la persona que ofertó la casa envió, a través de Facebook, un documento que le presentó como un contrato, el cual después descubrió que era apócrifo. Acompañado del archivo, recibió una copia de la identificación oficial de la vendedora. Inclusive a ella le pidieron datos sensibles, como su INE, donde aparece su nombre completo y dirección, donde habita junto a su familia.
Conforme se acercaba la fecha para ocupar el inmueble, Alondra buscó reiteradamente a su presunta agente inmobiliaria, pero esta no contestaba sus llamadas ni sus mensajes.
Me dijeron que había otras personas interesadas y que necesitaba depositar el 50 por ciento del costo total para asegurar la reserva, ya que tenían varias personas esperando. Deposité casi 4 mil pesos, y debía hacer el depósito completo ocho días antes [de ocupar la casa].
Solicité un contrato, como suelo hacer al alquilar lugares, y me pidieron mi identificación oficial, la cual les envié. Me enviaron un contrato con los términos para poder rentar la casa, así como la copia de la INE de la persona y el número de cuenta para hacer el depósito. Realicé el depósito con dos meses de anticipación. A medida que se acercaba la fecha, intenté contactarlos a través de Messenger y WhatsApp, pero no recibí respuesta», comenta.
Después de varios intentos fallidos de comunicación con ella, revisó nuevamente la página de Facebook donde encontró la misma casa en renta. Para su sorpresa, la mujer que le ofreció la vivienda apareció nuevamente en la red social, pero su nombre y fotografía ahora estaban acompañados de la palabra “fraude”.
Tras revisar a fondo la publicación donde se señalaba a la persona de haber robado múltiples cantidades de dinero a otros usuarios, Alondra se puso en contacto con algunas de las supuestas víctimas.